El cubismo se caracteriza, además de por plasmar de manera simultánea un mismo objeto desde diferentes ángulos, por el empleo de figuras geométricas como triángulos, cuadrados, rectángulos y cubos. Es de esta última figura de donde proviene el nombre del movimiento.
En cierto sentido el cubismo es el movimiento más significativo y transcendente de la historia de la pintura occidental desde el Renacimiento, por lo que tiene de ruptura con la estética clásica, el concepto de belleza y las nuevas formas de observar la naturaleza. Su visión es tan radicalmente distinta que conmocionó a todo el mundo del arte. A partir del cubismo, los conceptos de arte y belleza cambian por completo, nada se podrá hacer igual, y las obras anteriores se mirarán de otra forma.
Normalmente se considera que la fecha de inicio de este movimiento fue en 1907 con el cuadro de Las señoritas de Avignon de Pablo Picasso. Picasso fue, junto a Georges Braque, el artífice de esta corriente que tuvo como centro principal París.
La escultura tiene la misma estética que la pintura, pero trabaja en tres dimensiones. Sus esculturas se caracterizan por la intersección de planos y volúmenes, y la descomposición de las formas. El cubismo descubre el hueco como elemento escultórico, tanto la masa como el hueco sirven para la expresión plástica.
Uno de los autores más importantes del cubismo fue:
Pablo Emilio Gargallo Catalán, considerado el precursor de la escultura en hierro, nació el 5 de enero de 1881 en Maella (Zaragoza). Su padre poseía una herrería, aquí aprendió la técnica de la forja.
En 1888 su familia emigra a Barcelona por razones económicas y allí comienza su formación artística en el taller del escultor Eusebio Arnau y con el escultor Venancio Vallmitjana en la Escuela de Bellas Artes de La Lonja. En estos momentos en los que en Barcelona se estaba desarrollando el Modernismo, Gargallo frecuentó las tertulias de Els Quatre Gats y mantuvo contactos con jóvenes artistas como Novell o Picasso.
Por ello, sus primeras obras beben del modernismo. Por ejemplo, Pequeño desnudo o la decoración de edificios barceloneses que realizó en colaboración con el arquitecto Doménech i Montaner, como son el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo y el Palau de la Música catalana.
En 1903 obtiene una beca que le permite ir a París a completar sus estudios. Su estancia fue breve, pero desde entonces y hasta 1923, que es cuando se instala definitivamente en la capital francesa, sus viajes serán frecuentes. Allí encontró las formulaciones estéticas del Cubismo, asimiló sus sistemas expresivos y buscó el esquematismo y la esencialidad de figuras y objetos, tratando de encontrar la auténtica expresión tridimensional de los postulados cubistas.
Empezó ya a usar los materiales metálicos como la chapa, el cobre o el hierro. En torno a 1911-1912 realizó las primeras máscaras, que son piezas de gran simplificación, elaboradas con chapas recortadas, ligadas a la estética cubista. Continuó utilizando las chapas metálicas y con ellas empezó a sugerir volúmenes y exaltar los huecos, los vacíos, mediante la penetración de la luz en los interiores. Como por ejemplo, El violinista, La toilette o El hombre de la pipa.
En 1920 es nombrado profesor de Escultura de la Escuela Técnica de Oficios Artísticos de la Mancomunidad de Cataluña, y en 1923 será destituido por razones políticas al proclamarse la dictadura de Primo de Rivera. Será entonces cuando Gargallo se instale definitivamente en París con su mujer y su hija.
A partir de este momento su estilo adquiere una dimensión muy personal, derivada de la interpretación del cubismo. Se basa en la búsqueda de una síntesis formal de la figura en planos geométricos siempre fluidos y en la valoración de los huecos y los macizos. Sustituye los materiales convencionales como el mármol o el bronce por las láminas de hierro forjado. Crea un nuevo lenguaje escultórico introduciendo el vacío como volumen y dotando a sus figuras de gran dramatismo expresivo.
A continuación, tenemos imágenes de algunas de sus obras más importantes, apareciendo comentada la del "Gran Profeta", por ser una de sus últimas obras maestras.